Años 80. El planeta está cambiando, aunque sus habitantes lo ignoren. Una pequeña tienda de cachivaches en el centro de Madrid es buen ejemplo de ello. En esta tienda de estraperlo se comercia con todo tipo de artículos y bagatelas, novedades no tan nuevas, al modo de las tiendas de toda la vida que, de ahora en adelante, corren el serio peligro de dejar de serlo. Una revolución de revoluciones va a tener lugar: la de los videojuegos. Cuando el dueño del local, de nombre Suárez -el dueño y el local-, accede a poner uno de estos artículos a la venta su mundo y el de todos los que lo rodean está a punto de emprender un cambio sin retorno. El futuro viene empujando y el pasado se convierte en un lastre muy pesado a la vez que difícil de soltar. Desahucios, heavy metal, policías, amores imposibles, dentro de una comedia de un Madrid en perpetuo fluir desde hace mucho.
Todos luchan por un lugar en el mundo, un lugar que sienten que les pertenece pero que posiblemente jamás hayan poseído del todo. Ya no les queda toda la vida por delante: comprar, vender, avanzar. Antes de que el tiempo se acabe. Antes de que comience el tiempo de Ribeiro, el videojuego.
